Los lunes no tienen por qué ser tan lunes

"Voy a poner tu nombre a la estrella siguiente a Nunca Jamás. Voy a meter

el desierto en un reloj de arena para que no se nos acabe el tiempo. Voy 

a aparcar una nube en el garaje para que el cambio climático no nos prive 

de los buenos ratos que pasamos en ellas. Voy a coleccionar todos tus

besos y a tenerlos en el museo de mis labios. Voy a publicar un libro en 

blanco con todos los momentos en los que me dejaste sin palabras.

Voy a ir a verte porque es el mejor sitio donde puedo estar: sea cual sea

 ese lugar."

Y este es solo uno de sus muchos tesoros...

Qué sorpresa tan agradable es la de comprarte un libro tan bonito como "Cuatro Estaciones y Ningún Tren" de Emma G. Baizán G. Lamuño, y que te enamore por muchísimo más. La verdad es que he tenido un año un poco decepcionante en cuanto a poesía, y estoy segura de que este libro me ha encontrado para reconciliarme con uno de mis géneros favoritos.

Llegó a mis manos un buen día en el que visitaba Gijón con mi familia. 

En una librería enorme, el libro se ocultaba en un rinconcito con otros compañeros tan bellos que aquello me hacía sentir como si estuviera en la sala secreta, con la rueca encantada y yo fuera Aurora. Por supuesto, el sueño en el que me sumió al contacto fue uno mucho más mágico.

Qué voz tan dulce, tan inocente y tan elegante tiene Emma en sus poemas. Sus estructuras, sus ilustraciones y sus palabras han convertido a su colección en uno de mis libros favoritos de este año. 

Su amor nos inspira a través de sus palabras. Nos motiva a querer sin dejarnos nada para nosotros.  A querer todos los días aunque no sean extraordinarios, porque lo extraordinario necesita también un ordinario para que pueda destacar. Y lo de todos los días también es algo digno de apreciar. 

Baizán nos motiva a adorar cada estación del año y todos sus días sin mostrar favoritos aunque seguramente todos los tenemos. Y, su musicalidad, su estética y su tono resulta embriagador. Una vez que empezamos a leerlo, volamos por las nubes y no bajamos hasta terminarlo. 

No hacen falta gafas coloridas para ver la vida de color de rosa. Si pensáramos todos un poquito más como Emma en sus poemas, cada detalle de nuestra vida nos parecería algo digno de recordar. Cada mirada, cada palabra y cada carcajada. A medida que leemos los escritos, sentimos cómo respira dentro de nosotros cada historia de amor y cada trazo de sus imágenes. 

Empezamos en lunes, tal y como empieza siempre todo, y seguimos por la primavera, una estación en la que las flores nos lo dan todo, y a pesar de ello parece que muchos prefieren verlas marchitar en el otoño. El libro sigue este tipo de estructura, por días y estaciones, y así vivimos y leemos un año entero. Me encanta la naturalidad y falta de pretensión que hay tanto en la estructura propia del libro, como en los escritos de Baizán. Ambos son bellos sin esforzarse demasiado. Simplemente, lo son.

Soy consciente de que Emma G. Baizán G. Lamuño ha publicado un libro más, por lo que no dudéis de que en cuanto me sea posible, me haré con él y seguro que vuelvo por aquí a animaros a darle una oportunidad a una joven autora con tanto talento y ternura. 

Así que, si sois románticos empedernidos como yo, y como parece ser Emma, os recomiendo este libro encarecidamente. Os servirá como una introducción bellísima a la poesía contemporánea y a los experimentos de nuestros nuevos poetas, que juegan al pilla-pilla con estructuras o al cinquillo con la prosa poética. 

Y sí, sé que la prosa poética tiene fans incondicionales y odiadores del mismo tomo, PERO no siempre los líderes de venta son la mejor representación de un género. Y mucho menos, de un género tan nuevo y experimental. Dejaos llevar y disfrutar de aquello que tal vez os acabe encantando.

Un buen poemario nunca sobra y este es bueno de verdad...



Puedes comprar tu propia copia de "Cuatro Estaciones y Ningún Tren" a través de la autora en:


http://emmabaizan.es/producto/cuatro-estaciones-ningun-tren/




¡Espero que tengáis un día maravilloso!